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Entre otros objetivos, habría que buscar alternativa al gas de consumo “casero”, para calefacciones, agua caliente, etc. A los derivados de petróleo consumidos en centrales térmicas. Y también, a la gasolina y gasóleo consumidos en el transporte.

Los combustibles obtenidos a partir de plantas son una solución a este último caso. Es una fuente de energía limpia, renovable y que representa una alternativa a los combustibles fósiles.

Hay que diferenciar entre bioetanol y biodiesel. Mientras el primero es un combustible que se obtiene a partir de la fermentación de azúcares procedentes, sobretodo de la remolacha y los cereales y se mezcla con la gasolina, el segundo se obtiene a partir de aceites vegetales, tanto nuevos como usados, y se utiliza en combinación con el gasóleo. La fuente de aceite vegetal del biodiesel suele ser la colza y el girasol, aunque también se utiliza el aceite de palma, de soja o incluso algas. Podría, incluso, generarse dando salida a los residuos procedentes de la transformación de la aceituna, o de la preparación de la madera.

De igual forma puede utilizarse aceite usado, lo que sería doble ventaja: barato y además, recicla un residuo, pero con la desventaja de tener más impurezas. El consumo mundial de biocarburantes se estima en torno a 17 millones de toneladas anuales, siendo la gran mayoría de ellas, bioetanol fabricado en Brasil y en Estados Unidos. De hecho este último ya ha sustituido el 2% de su gasolina por bioetanol.

En España la producción es aún bastante baja, en parte porque los precios de los combustibles importados son altamente competitivos, y por otro lado porque la falta de obligatoriedad implica cierta dejadez a la hora de contribuír al medio ambiente. En cuanto al consumo, en Europa, el biodiesel se usa desde hace años, aunque en España es ahora cuando empieza a comercializarse en las gasolineras.

Actualmente, las más de 450 donde se comercializa biocombustible, disponen de éste mezclado. Es decir, que en muchas ocasiones al gasóleo se le añade un pequeño porcentaje de biodiesel, y no suele venderse éste puro. De esta manera, todos los vehículos diesel (salvo recomendaciones contrarias expresas) pueden utilizar este combustible sin hacer modificaciones. Otros países de Europa nos llevan gran ventaja. Por ejemplo en Alemania, ya hay más de 1000 gasolineras que sirven biocarburantes.

Poco a poco se irán aumentando los consumos, las producciones y las ventas. Ya que la utilización actual del petróleo no deja lugar a “dormirse en los laureles” sin buscar alternativas viables. Las ventajas principales de estos combustibles de nueva generación es que proceden de fuentes vegetales, por lo que sus residuos no son peligrosos, y sobretodo, que reducen las emisiones de CO2 con respecto a las producidas por los combustibles fósiles, además de que reduce la dependencia energética del petróleo y de los países que lo producen.

Por contra, la desventaja principal es que aún está en una fase inicial de investigación y producción. Además, en algunos casos se habla de impacto ambiental, por la deforestación de zonas boscosas para la siembra de cereales (por ejemplo, en Brasil).